Primer contacto con la realidad educativa: acogida en la Escuela Els Àngels
El inicio de las prácticas en la Escuela Els Àngels ha sido una experiencia enriquecedora que marca el punto de partida de mi aprendizaje profesional en un contexto real. La primera toma de contacto con el centro, el equipo docente y el EAP de Tarragona me ha permitido conocer de cerca la dinámica escolar, su organización y la filosofía educativa que la sostiene.
Desde el primer día, la acogida por parte del equipo directivo y del profesorado fue cálida y cercana. La tutora del centro me presentó al resto de docentes y me explicó brevemente la estructura organizativa: los diferentes ciclos, las comisiones pedagógicas y las funciones del SIEI (Suport Intensiu per a l’Escolarització Inclusiva). Este espacio de introducción fue fundamental para situarme y comprender la importancia del trabajo coordinado entre todos los profesionales.
El EAP, con quien realizo las prácticas, me integró desde el principio en sus dinámicas de trabajo. A través de reuniones y observaciones en el aula, pude empezar a conocer los procedimientos de detección, evaluación y orientación psicopedagógica. Me llamó la atención el ambiente de colaboración que existe entre los tutores, especialistas y orientadores, así como la voluntad común de ofrecer respuestas inclusivas ajustadas a las necesidades del alumnado.
Durante los primeros días, participé en observaciones dentro de diferentes aulas y en entrevistas informales con tutores y especialistas. Estas experiencias me permitieron identificar la diversidad del alumnado —tanto cultural como funcional— y los desafíos que enfrenta el profesorado para atender a todos los estudiantes desde un enfoque inclusivo.
A nivel institucional, percibí una clara apuesta por los valores de convivencia, respeto y equidad, reflejados en su Proyecto Educativo de Centro (PEC) y en el Plan de Atención a la Diversidad (PAD). El centro promueve una educación abierta y participativa, donde se valora la cooperación entre docentes, alumnado y familias.
Desde el punto de vista deontológico, he intentado desde el primer momento mantener una actitud de respeto, confidencialidad y observación responsable, evitando emitir juicios prematuros y procurando comprender la realidad educativa desde una mirada empática y constructiva. Este posicionamiento ético es esencial para generar confianza y aprender de manera significativa de los profesionales que me acompañan.
La fase de acogida me ha permitido descubrir que el trabajo psicopedagógico va mucho más allá de la intervención individual: implica comprender el contexto, las relaciones y las dinámicas que configuran el entorno educativo. He podido constatar la importancia de la colaboración interprofesional como base para ofrecer apoyos efectivos y coherentes con los principios de inclusión.
Me siento motivado y agradecido por el recibimiento recibido, que me anima a seguir aprendiendo desde la observación, la participación activa y la reflexión constante. Afronto las próximas semanas con la expectativa de profundizar en la detección de necesidades psicopedagógicas y en la construcción de una práctica profesional crítica, ética y comprometida con la mejora de la educación.
Tengo muchas ganas de seguir cursando las prácticas para formarme de una manera vivencial en el contexto escolar.


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